La piedra del mes: la perla
Las perlas tienen su origen en los océanos, lagos y ríos de todo el mundo. Asociada a la pureza, la inocencia, la elegancia y la feminidad, es una joya atemporal muy apreciada por mujeres de todas las edades.
Historias y creencias
El origen de las perlas siempre ha fascinado a nuestros antepasados. Las antiguas civilizaciones de Oriente Medio creían que las perlas eran lágrimas caídas del cielo. Los chinos, por su parte, pensaban que provenía del cerebro de un dragón.
Cristóbal Colón y sus contemporáneos creían que los moluscos formaban perlas a partir de gotas de rocío. Las perlas se ofrecían tradicionalmente como regalo de boda.
En el antiguo texto sánscrito de la Atharvaveda, se decía que las perlas otorgaban larga vida y prosperidad. En Asia, se creía que las perlas ayudaban a aliviar la indigestión y las hemorragias. En el siglo XIX, los médicos árabes sostenían que el polvo de perlas mejoraba la vista, calmaba los temblores nerviosos y aliviaba la depresión.
Aproximadamente del tamaño del huevo de una paloma, la perla en forma de gota, que posteriormente sería mundialmente famosa bajo el nombre de la Peregrina (por su azaroso destino), fue descubierta hacia el año 1500 en el Golfo de Panamá. Se convirtió en una preciada posesión de la realeza europea hasta que Richard Burton se lo regaló a Elizabeth Taylor en 1969. Tras el fallecimiento de la actriz en 2011, la Peregrina encontró un nuevo dueño en una subasta de Chistie’s en Nueva York, quien la adquirió a un precio récord de 11,8 millones de dólares. Este episodio marca el último capítulo conocido de una joya cuyo valor va más allá de lo material.
Génesis de la perla
Las perlas naturales se forman cuando el molusco secreta una sustancia llamada nacre alrededor de un irritante como un pedazo de arena o un parásito que ha invadido su caparazón.
Las perlas cultivadas son producto de la intervención humana. Los técnicos implantan un trozo de tejido de manto solo (común para perlas cultivadas en agua dulce) o con una semilla de nácar en un molusco huésped.
El molusco cubre la irritación con nacre, al igual que una perla natural. Las perlas cultivadas se crían en granjas de perlas – operaciones en agua salada o agua dulce donde los moluscos se limpian, protegen de depredadores e inclemencias climáticas y eventualmente se cosechan.
Miles de años de pesca de perlas han diezmado los lechos de perlas naturales, por lo que las perlas cultivadas representan la gran mayoría de las ventas de perlas hoy en día. Éstas vienen en una gran variedad de tamaños, colores y formas.
¿Dónde se encuentran las Perlas?
Los moluscos portadores de perlas no prosperan en aguas contaminadas, por lo que las granjas de perlas generalmente se encuentran lejos de la civilización y, a menudo, en entornos impresionantes.
Las granjas de perlas cultivadas por Akoya se encuentran principalmente en Japón y China, especialmente a lo largo de las costas meridionales de las provincias de Guangdong y Guangxi. Las perlas cultivadas en el Mar del Sur se cultivan desde la costa norte de Australia a través de Indonesia hasta la costa sur del sudeste asiático, con grandes operaciones en Filipinas también. Las islas Gambier y el archipiélago de Tuamotu, ambas partes de la Polinesia Francesa, son dos lugares donde se cultivan las ricas perlas tahitianas negras. China es la fuente dominante de perlas cultivadas de agua dulce.
Las perlas naturales se han encontrado en el Golfo Pérsico durante al menos 5.000 años, mientras que los buzos han estado recuperando la piedra natal de junio del Mar Rojo desde el año 300 a. C. El estrecho de Mannar ha estado proporcionando perlas desde el año 2000 a.C. A partir del siglo XVI, durante el dominio colonial español, grandes cantidades de perlas fueron recuperadas de las aguas frente a México, Centroamérica y lo que hoy es Venezuela. Sólo pequeñas cantidades de perlas se encuentran en cualquiera de estas áreas hoy en día.
Cuidado de la piedra de nacimiento de perlas y limpieza
Las perlas tienen una dureza de entre 2,5 a 3,0 en la escala Mohs, por lo que son una joya suave y requieren un cuidado especial. Hay que guardarlas por separado de otras piedras preciosas y joyas de metal para evitar arañazos. Nunca guarde las piedras de nacimiento de perlas en una bolsa de plástico: el plástico puede emitir un producto químico que dañará su superficie. Aplique siempre perfumes, productos para el cabello y cosméticos antes de ponerse sus joyas con perlas
Para limpiar estas gemas con seguridad, utilice un paño suave y húmedo, idealmente después de cada vez que se usen las perlas.
Pónganse en contacto con nosotros para que podamos asesorarle en nuestras tiendas sobre la limpieza y conservación de sus joyas.
Poderes que se le atribuyen:
La perla tiene una conexión especial con la luna, debido a su conexión con los ciclos y las mareas, que le atribuye un efecto relajante que se asocia a la paz interior y a la serenidad.